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Mostrando entradas de mayo, 2012

Despedida

vulnerar a sable de lengua con sílaba la desafortunada espera respirando en cada acento un    prudente                      literado                             irremediable adiós la culpa en cada poro por el que respira se acompasa en el segundo donde    inexorable     se delinea una pupila frágil quebradiza las branquias permean desesperadas el aire sucio de la derrota hasta que todo el cuerpo se convierte en humedad blanda finalmente con un temblor se desmoronan los años cascadas sobre la mejilla insomne

Ha de vomitarse

ha de vomitarse la escritura lanzarla de a cruentos   espasmos                                     con fuerza sentir el primer repligue en el plexo subiendo el placebo                                    de cada sílaba detenerla entre las pieles del esófago concibiendo el fuego de lo que crece irascible en las fauces de la caverna tibia sentir los trozos de cada letra raspar la envergadura semántica en furiosa cadencia presionarla contra las rocas de la cueva aunarla con la savia sabia de la saliva y en un chirriado                      ronco                        dilatado himno lírico de parto reventarla contra el papel hasta dejarla forastera huérfana de útero                               sola

Muerte I

¿por qué has de irte? ¡llegó el atardecer! y te quedabas lirios blancos bañados de besos adornan tu frente                              que se demora el tiempo absoluto                        sin fin mil relámpagos ácidos invaden la boca de quien te sueña en la tupida noche se preparan todas las festividades al rítmo del campanario que retumba en todo el dong                   una ausencia irreversible

Raices

el himen se rompe y lleva en raíz todas sus antepasadas todas sus ancestras todas sus hembras                                                          matriz de la tierra historia que se desploma en la niña bajo la parra o quizás en la mujer hecha flor

Frutas

el sexo dormido hasta                    la semilla flor de lirio incendiado latiendo cada pétalo a la espera fruta sin cáscara naranja partida al medio comienza a mostrar la carne de su centro expectante que gobierne el espíritu de selva y sus manos dándose paso entre los muslos ardientes de pleno abril ansían un juego de jugo jadeante del que extraerán el néctar codiciado una lanza de fuego humedecida en veneno transparente derriba a la presa ágil para beberla hasta el silencio una mujer entera llora por todos sus ojos la iridiscencia del amor

Pájaros

piel de lámina   que apresa a la cigarra envuelta en sonido un manantial hecho pájaro brota liviano en su vertiginoso éxodo                                            ingobernable                                              desobediente el agua sin tiempo se ciñe en flores de carne filtrándose en cada contracción de silencio                                                  de descanso exhausta el ave yace     en la tibia humedad                       de la tierra

Perdón

la cazas asfixiando su cuello cisne y le bebes la alegría toda de un sorbo aprisionándola hasta sumirla como pez fuera del río                       ni hombre ni animal le desgarrás las medias de nylon para robarle el mas dulce de los secretos dejándolo desparramado en el cemento de la ciudad deshabitada ahora te persigue un enorme celaje negro y habrás de llevar eterno su perdón                                                el de miles                                                       el de ellas