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Ha de vomitarse


ha de vomitarse la escritura
lanzarla de a cruentos  espasmos
                                   con fuerza

sentir el primer repligue en el plexo
subiendo el placebo
                                   de cada sílaba

detenerla entre las pieles del esófago
concibiendo el fuego de lo que crece

irascible

en las fauces de la caverna tibia
sentir los trozos de cada letra
raspar la envergadura semántica
en furiosa cadencia

presionarla contra las rocas de la cueva

aunarla con la savia sabia de la saliva

y en un chirriado
                     ronco
                       dilatado
himno lírico de parto
reventarla contra el papel

hasta dejarla forastera
huérfana de útero
                              sola

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